Tanta soledad
Oh Dios mio!
Tanta soledad
Camino, sin andar
Atravieso paisajes,
Miradas que miran sin mirar
Corro, por temor,
Quiero escapar
¿Escapar de dónde?
Si no se dónde estoy,
Ni hacia dónde voy
¿De donde vengo?
¿Quién soy?
¿Quién soy?
Me despierto,
¿Estaba durmiendo?
Tantas preguntas, siempre es igual
Yo me muero,
y tú, no sobrevivirás
Una esquina diferente
A desert road from Vegas to nowhere
lunes, 13 de enero de 2014
Solitaria Locura
Solitaria locura,
No quiere salir de su jaula
El ave que tiene las alas más largas
Psicodelia esplendorosa,
Ella disfruta las noches
Disfruta y goza
Estrepitosa caída,
Ella arremete contra el piso
Todo eso que cargó tantos años y tanto daño le hizo
Luces arrebatadoras,
Se llevan todo lo bueno de esta oscuridad
Se llevan mi corazón, mi alma y mucho más
Sensual danza,
De los polos que, aunque opuestos, se atraen
Bailan y bailan disfrazando una mentira más
Aleteo fugaz,
Se prepara el ave
Y ya sé va
Y se lleva consigo
Todo lo que pude dar.
No quiere salir de su jaula
El ave que tiene las alas más largas
Psicodelia esplendorosa,
Ella disfruta las noches
Disfruta y goza
Estrepitosa caída,
Ella arremete contra el piso
Todo eso que cargó tantos años y tanto daño le hizo
Luces arrebatadoras,
Se llevan todo lo bueno de esta oscuridad
Se llevan mi corazón, mi alma y mucho más
Sensual danza,
De los polos que, aunque opuestos, se atraen
Bailan y bailan disfrazando una mentira más
Aleteo fugaz,
Se prepara el ave
Y ya sé va
Y se lleva consigo
Todo lo que pude dar.
domingo, 5 de enero de 2014
Ángeles y Poetas
Algunos ángeles perdieron la fe el mismo día en el que el poeta dejó de
escribir.
Los poetas, esos seres divinos que poseen el don de ponerle color a
todos los paisajes grises.
Los paisajes grises abundan y los poetas los pintan para satisfacer su
necesidad de crear, mientras los ángeles cantan a su alrededor, eufóricos de
ver que la tristeza se convierte en felicidad.
domingo, 29 de diciembre de 2013
Llamándote (Calling you)
Se
despertó transpirado y acalorado en medio de la noche, había tenido un
sobresalto, estaba mareado y no percibía bien la realidad, todo eso era culpa
de su extraño sueño, que por segunda noche consecutiva se repetía, en él todo
era muy extraño: era como si estuviera metido en otro cuerpo, en otra mente,
sólo unos vanos recuerdos de vida se presentaban en forma de imágenes visibles,
un ambiente pequeño, cerrado y oscuro, la falta de aire era notoria, y la
desesperación que se sentía era muy grande, se oían gritos de mujer y se
rasguñaban unas piedras…
Aquel
sueño lo había dejado preocupado, todo en él se sentía tan real, estaba seguro
de que aún podía oler aquel extraño hedor a humedad que sentía en su sueño,
cansado y mareado revisó su despertador, eran pasadas las 3:00am, se dio cuenta
de que aún le quedaban 5 horas más para dormir, y así lo hizo, se dio vuelta en
la cama, tapó la luz del despertador digital con una toalla y reconcilió el
sueño…
Pero no
pasaron otras tres horas hasta que el sueño se repitió nuevamente, esta vez
había también una voz femenina que pedía “ayuda” a gritos, y el olor a humedad
era cada vez más intenso e insoportable. Al tener el sueño nuevamente el hombre
se despertó repentinamente, sobresaltado, y terriblemente transpirado, le faltaba
el aire, del mismo modo que en su sueño el aire no abundaba. Asustado por demás
decidió levantarse de la cama y fue a darse una ducha.
Al salir
del baño recibió el llamado de una mujer, se fue de su casa sabiendo
exactamente lo que debía hacer.
En su
auto, se dirigió hacia el hospital central de la ciudad, allí averiguó un
nombre y se encaminó, acompañado de dos doctores hacia el cementerio. Una vez
allí, se dirigió hacia un punto en especial, al verlo se quedó paralizado, el
nombre que mencionaba la leyenda de la tumba era el mismo que le había dicho
aquella excéntrica mujer por teléfono, la misma que le dijo: “Búscala y desentiérrala,
es ella” antes de colgar. De inmediato envió a uno de los dotores a buscar al
sereno del cementerio, mientras él, en compañía del otro doctor que lo acompañaba
se puso a cavar con la pala que había traído, las pocas personas que estaban a
su alrededor observaban atónitos, los miraban como si estuvieran locos, como
profanadores, como ladrones de paz, los creían endemoniados. Y al mismo tiempo sentían
mucho temor.
Pronto
llegó el sereno, y el hombre, al grito de “¡Hay alguien enterrado con vida
aquí!” logró convencer al sujeto de que desenterrasen el recientemente
sepultado cadáver, la tierra aún estaba blanda y era fácil enterrar la pala en
ella, pues aquel cuerpo no llevaba enterrado más de dos días y medio…
Media
hora después, y rodeados de toda la gente que se encontraba en ese momento en
el lugar, los cuatro hombres lograron sacar el féretro de la profundidad de la
tierra en que estaba sumergido, a golpes de pala lo abrieron, y al hacerlo se
sorprendieron, al mismo tiempo que muchos se asustaron y otros varios sólo
atinaron a quebrar en llanto. Dentro del ataúd yacía un cuerpo, ¿muerto?, la
parte interior superior, del lado de la tapa, estaba rasgado… Sin dudas, la
persona que estaba adentro, Paula Soriano, había sido enterrada viva dos días
atrás, y al verse dentro del cajón, había tenido como única reacción intentar
abrir el ataúd desde adentro, seguramente, de una manera desesperada…
Al
instante, los médicos intentaron reanimar el cuerpo de la pobre infeliz, pero
parecía ser inútil…
Fue
entonces cuando el hombre, artífice del escalofriante hallazgo, se acercó a la
mujer y lloró sobre su cuerpo murmurando: “Si hubiera sabido tal vez… Eras vos,
la de mi sueño, la mujer en el teléfono menciono tu nombre, eras vos, la que
fue atendida en el hospital hace dos días por sufrir un accidente de tránsito,
yo quisiera, desearía poder regresar el tiempo atrás y salvarte…”
Entonces
el cuerpo de la mujer comenzó a tomar, color y revivió con un tosido, que se
volvió a repetir dos o tres veces, lo primero que hizo fue mirar al hombre a
los ojos y decirle: “Gracias, muchas gracias”.
Los
médicos se adueñaron del lugar y lograron reanimarla por completo, poco tiempo
después corroboraron que ella había estado muerta durante unos minutos, y que
había sido enterrada viva, sufría catalepsia, quedó en terapia durante los
primeros días y salió dada de alta al cuarto, lo primero que hizo al salir fue
ir a visitar al hombre que le había salvado la vida, un tal Carlos García, él
le contó que había soñado con ella y con su situación, y el día en que la salvó
había recibido un llamado de una señora (luego supo que era médium) quién le
decía que sus sueños eran parte de la realidad, eran sucesos que estaban
ocurriendo, y que debía ir en busca de una tal Paula Soriano, y así lo hizo.
También le comentó que su esposa había muerto unos años atrás, pero que, cuando
la desenterraron por un tema particular, descubrieron que había sido enterrada
viva, ya que, al igual que Paula, había intentado abrir el féretro desde
adentro, atinando, sólo a rasguñar la parte interior del maldito ataúd.
Matices grisáceos de la soledad
Matices
grisáceos de la soledad
Que se
enredan en mi cuello sin piedad
Y
aprietan y aprietan
Robándose
mis ganas y esperanzas
Mi fe y
mis ansias de vida
Obligándome
a la melancolía
Amiga
soledad
Que me
regalas llantos en navidad
Y
dolores en mi fiesta de cumpleaños
Triste
compañera de esperar
Esperar
que la muerte me venga a buscar
O que
por fin me llegué la felicidad de amar
Canciones
para el llanto
Llaman a
mi dolor y lo idolatran
Como
quién más ama
Y quién
siente con el alma
Logran
en mí, un dolor infinito
Mis
lágrimas caen al compás del bolero
Que más
opaca mis sueños
Y más
daño causa a mi pobre corazón
No me pienses
No me
pienses,
Porque yo
no te pensare,
Olvídame,
Porque
nunca me volverás a ver
Las ruinas
de lo prohibido sobre nosotros han caído
Hiriendo de
muerte eso que pasó y nunca debió haber ocurrido
Las mentiras
se han quebrado
Por eso hoy
debemos seguir caminos separados
No creas
que te recuerdo
Yo ya te he
olvidado
No creas
que te pienso
Yo nunca te
he pensado
Déjalo todo
así y desaparece
Yo ordenare
todo este desastre
Y poco a
poco volveré a ser
Quien era
antes de conocerte.
Si te vas a ir...
Si te vas a ir, vete
Pero recuerda que no debes volver
Esta vez, si me pierdes
Será para siempre
Si te vas a ir, vete
Pero recuérdame olvidarte
Porque si tú no lo haces
Yo a nadie podré querer
Si te vas a ir, vete
Porque mañana quizá sea muy tarde
Quizá ya no esté dispuesto a perderte.
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